Más de un centenar de corredores del Real Club Mediterráneo han completado este sábado el Trofeo Santiago Jiménez
El blanco de las camisetas conmemorativas de la vigésimo séptima edición de la Subida al Castillo ha teñido de blanco las laderas del Monte Gibralfaro este sábado. Otro año más, la carrera fundada por Santiago Jiménez, ha reunido a más de un centenar de deportistas del Real Club Mediterráneo.
El trazado de la competición, que bordea la antigua fortaleza fenicia, suma algo más de tres kilómetros. Un recorrido corto, pero exigente. Y que salvo unos metros de respiro, en el giro al finalizar el asfalto a la altura del castillo, ha sido cuesta arriba desde que se iniciara la prueba en los Jardines de Pedro Alonso.
Los participantes del Trofeo Santiago Jiménez han ido saliendo de forma escalonada en tandas, pasadas las doce del mediodía. Primero lo han hecho los más pequeños, que han corrido acompañados por sus padres. Y así sucesivamente, organizados por niveles, hasta llegar al séptimo y último turno en que se encontraban los favoritos.
Mundo Nuevo
La subida por la calle Mundo Nuevo se ha convertido durante unos minutos en un reguero de socios del club de La Farola. Una carretera empinada que ha dejado sin aliento a los remeros, triatletas y demás deportistas. Quienes una vez llegados al Castillo de Gibralfaro, han dado media vuelta para coger un sendero por la ladera del monte que desembocaba en la interminable rampa final adoquinada.
Santiago Jiménez se ha mostrado orgulloso al término de la prueba. “Soy el único que ha completado las veintisiete ediciones”, explicaba sonriente mientras repartía frutas a los corredores. Entre el calor y la niebla, esta prueba interna del Real Club Mediterráneo ha concluido con la foto de familia y la oportuna entrega de premios a los pies del castillo. La corona, que compró en su día Jiménez en Atenas, con la que se proclama al campeón de la Subida al Castillo ya espera a su próximo protagonista.
CONSULTA LAS CLASIFICACIONES DE LA CARRERA.